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¿En qué consiste el doble o múltiple factor de autenticación?

La ciberseguridad de nuestras cuentas y perfiles en Internet depende, en gran medida, de las contraseñas o mecanismos que utilizamos para protegerlas ante un posible ciberataque o un acceso no autorizado. Es ahí donde aparece el término doble factor de autentificación. Pero ¿en qué consiste este concepto?


Cuando hablamos de doble o múltiple factor de autentificación nos referimos a añadir una capa extra de seguridad a nuestras claves de acceso para demostrar, de esta manera, que somos los propietarios de una cuenta de correo, o de cualquier red social o de trabajo. Se trata de una medida de seguridad extra que frecuentemente requiere de un código obtenido a partir de una aplicación, o un mensaje SMS, además de una contraseña para acceder al servicio.

Uso cotidiano de esta capa de protección extra

Supongamos que activamos el doble factor en nuestra cuenta de banco. Cuando intentemos iniciar sesión, luego de ingresar nuestra contraseña, tendremos que ingresar un código. Dicho código lo recibiremos mediante un SMS a nuestro número de teléfono personal, o bien, podremos consultarlo en una aplicación de autenticación como Google Authenticator instalada en nuestro Smartphone. En algunos casos, y si nuestro Smartphone lo permite, podremos utilizar nuestra huella dactilar u otro método biométrico en reemplazo del código.


¿Es realmente necesario utilizar esta capa de protección extra en todas nuestras cuentas?


Sí es muy importante y necesario. De esta manera nos aseguramos que si un tercero descubre nuestra contraseña, no podrá acceder a nuestra cuenta. Además de la contraseña, necesitará por ejemplo el código que tenemos en nuestro Smartphone, y no podrá continuar. Por lo tanto, el doble factor de autenticación es una barrera adicional de protección que sólo nosotros poseemos.


¿Qué tipo de autentificador es el más adecuado?


No existe una respuesta universal. Se pueden utilizar varias versiones y combinaciones según el servicio. Por ejemplo, las cuentas de mayor prioridad un buzón enlazado a otras cuentas, etc. Deberían estar protegidas al extremo, de esta forma te aseguras de que nadie conseguirá acceso a tu cuenta.


Una buena opción es enlazar dos claves a tu cuenta, como con las llaves del coche: una siempre en el bolsillo y otra en un lugar seguro en caso de que la primera opción se pierda. Además, puedes utilizar diferentes tipos de claves: por ejemplo, una aplicación de autenticación en tu smartphone como principal y un papelito con contraseñas de un solo uso en un lugar seguro a modo de copia de seguridad.


En cualquier caso, el consejo principal es que evites utilizar contraseñas de un solo uso en SMS siempre que sea posible. Aunque sí que es verdad que no siempre es posible. Los servicios financieros, por ejemplo, suelen ser muy conservadores y rara vez ofrecen la autenticación a través de otro sistema que no sea SMS.


Aprovechemos esta barrera adicional de protección ya que existen muchas personas que podrían estar interesadas en acceder a nuestras cuentas.


Los ciberdelincuentes podrían suplantar nuestra identidad en nuestras redes sociales, realizar movimientos de dinero en nuestras cuentas bancarias sin autorización y hasta incluso realizar compras en tiendas en línea en nuestro nombre.


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En Inforc, creemos en la ciberseguridad.

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